Estamos destinados desde pequeños a convivir con nuestro grupo de
iguales y las habilidades sociales facilitan (o dificultan, si están ausentes)
las interacciones con otras personas. Además, cuando uno se relaciona bien con
los demás, tiene mayores posibilidades de estar a gusto consigo mismo.
Pero lo mejor de todo es que las habilidades sociales se aprenden.
Y aquí entramos nosotros, a enseñarlas toca.!! A esto nos dedicamos en este mes
de febrero en Tutoría.
L M X J V S D 1 Plantead la necesidad de las habilidades sociales. Antes de ayudar a los niños a aprender sus habilidades sociales, es
necesario que entiendan por qué son tan importantes. Es posible que tu
hijo/a tenga dificultades en el juego, al compartir, al ceder, en el trabajo
en equipo... Se debe pensar en una lista de habilidades sociales a fomentar
junto con sugerencias para comenzar a llevar en práctica: Iniciar y mantener una conversación,
respetar turnos de palabra, pedir y ofrecer ayuda, pedir disculpas si comete
un error, agradecer, pedir por favor, invitar a otros a jugar.. Seleccionad una sola habilidad social, centraos en una
en concreto. No se
trata solo de decir: “hay que ser agradable o educado” Se debe ayudar a los
niños a que identifiquen exactamente lo que deben decir y porque. Por ejemplo, se
puede comenzar por fomentar la habilidad social de alabar. Podéis trabajar
en una habilidad diferente cada semana, e ir viendo la evolución de las
mismas y ajustarla la práctica si no se consigue el resultado esperado. 8
Proporcionad una oportunidad
inmediata para llevar a la práctica esta habilidad.Una de las
habilidades sociales más básicas consiste en presentarse, saludar y
despedirse. Sería conveniente establecer en casa como algo habitual los
saludos y las despedidas: Buenos días, buenas noches, hola, adiós,… Para
que aprendan a conversar deben
saber que mantener interés por lo que nos cuentan, no hablar a la vez,
respetar el turno de palabra, pedir perdón cuando se interrumpe, son aspectos
imprescindibles, por lo que sería conveniente que vuestras conversaciones
sirvieran como ejemplo de esto. Miraos en el espejo
sonriendo.
Hacedles ver que la cara seria, el entrecejo arrugado y la postura y mirada
no orientada hacia el otro “repelen” a los demás. Repetir que sonreír no
cuesta nada y a todos nos gusta la
sonrisa de los demás. Podéis jugar a hacer diálogos en los que
primero habléis con cara seria y después digáis lo mismo con cara sonriente y
comentar cual es la forma que más os agrada 15 Más
práctica: si le queréis enseñar a vuestro
hijo/a la escucha activa, es
posible hacer una actividad de preguntas y respuestas con turnos: Leed
un libro en familia y haz una serie de preguntas, primero a tu marido/mujer,
otra al hermano o abuelo y, finalmente, a tu hijo/a, para luego volver a
rodar los turnos, todo el mundo debe escuchar activamente para dar su
respuesta. Es
fundamental aprender cuándo hay que decir
gracias y por favor. Podéis jugar a inventar situaciones en las que es
apropiado pedir las cosas por favor y dar las gracias por algo. 22 Cuidad la
autoestima de los pequeños. Ayúdale a formar una imagen positiva de sí mismo.
Tendrá la fuerza para desenvolverse socialmente y no culparse de aquellas
situaciones que no son positivas para él/ella Para esto, criticad la acción y
no a la persona; proponedle metas pero que sean adecuadas; utilizad los
elogios pero que sean realistas No pongáis etiquetas
a vuestro hijo/a. El hecho de etiquetarlo de tímido, solitario, reticente o
poco amistoso puede convertirse en una profecía que se haga cierta. Si está
andando por la calle, se encuentra a un conocido y se resiste a saludar e
incluso a mirar a la persona en cuestión, no hay que explicar su respuesta
diciendo “Es tímido”. Porque por el simple hecho de ponerle esta etiqueta, se
está reforzando el comportamiento.